jueves, 2 de noviembre de 2017

¡CASTIGADO SIN DEPORTE!

"¡Castigado sin deporte! ¿Has pensado que puede ser un error más que un castigo?"

A quién no le han dicho alguna vez eso de: "castigado sin entrenar". Pero, ¿por qué se elige esta alternativa a la hora de buscar un castigo para los más pequeños? La respuesta que más me encuentro es esta: "Le castigo con el fútbol porque le duele", pero no se trata de que duela. El aprendizaje no va de la mano del dolor, lo que buscamos es que aprendan y tomen conciencia de sus responsabilidades. ¿Ganamos algo con esto o perdemos todo?



El castigo es un proceso de prohibición que suele utilizarse con aquellas actividades que los niños adoran, por lo que resulta más fácil y cómodo para los padres, ello provoca la falsa idea de que así pueden sentar precedentes más rápido.

Los niños que practican deporte a menudo ven como sus castigos los privan de realizar una actividad saludable, en la que adquieren unos compromisos y unas responsabilidades con ellos mismos, pero también con sus compañeros. Estos castigos tienen un breve impacto temporal, pero no consiguen el aprendizaje que se busca.

Si no conocen las consecuencias de sus conductas es complicado que se hagan responsables de ello, por eso es importante hacerles conocedores con anterioridad de lo que conlleva no cumplir con sus compromisos para que estén preparados y puedan movilizar sus recursos.

Los beneficios del deporte ya sabemos que son múltiples, entre ellos favorece la memoria algo que beneficia al estudio y además forman parte del proceso integral de formación y desarrollo del niño.

Es importante tener presente que el deporte es una gran fuente de autoestima donde se fortalecen y desarrollan. Castigar privándoles de ello significa quitarles un punto de apoyo y refuerzo fundamental en esta etapa.

Apartarlos de la práctica deportiva por castigo es alejarles de todo lo bueno que reciben de esta práctica. Además, el compromiso que adquieren puede verse mermado ya que así les estamos transmitiendo que podemos incumplirlo con facilidad.

Debemos buscar otras fórmulas para que puedan aprender sin perjudicar su desarrollo y cumplan así con sus obligaciones sin eliminar el compromiso que tienen son su deporte, teniendo en cuenta que el tiempo que requiere la práctica deportiva es compatible con las obligaciones extraescolares.

  1. El castigo debe ser usado de manera excepcional.
  2. No sobrecargar a los niños de actividades extraescolares para que no se agobien y les cueste cumplir con sus responsabilidades.
  3. Ayudar a los niños a planificarse el tiempo y generar rutinas de estudio, eso les ayudará a organizarse y tener tiempo para todo.
  4. Hablar con ellos y que conozcan las consecuencias que tienen determinadas conductas para que puedan responsabilizarse y anticiparse.
  5. Las actividades deben complementarse, no es necesario quitar unas para reforzar otras.
  6. Es importante que aprendan a priorizar para que valoren qué actividades son importantes y cuáles no, lo mismo que les ayude a conocer qué actividades le exigen más tiempo que otras.
  7. Ser ejemplo en la gestión del tiempo y en vuestra planificación para que tengan una referencia.
  8. No quites el deporte, quita algo que se ha conseguido por méritos. Eso también tendrá un impacto pero en cambio no provocará un desequilibrio.
  9. Reforzar y reconocer los avances que haga en su planificación por pequeños que sean es vital, motivarles a seguir creciendo es la base.


¿Qué mensaje estamos dando y qué mensaje queremos dar? Recordad que el deporte es salud y eso hay que potenciarlo no anularlo.


Lorena Cos San Higinio (Licenciada en psicología. Máster en Psicología de Alto Rendimiento y Coaching Deportivo) (www.lorenacos.es

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